divendres, 18 de desembre del 2015

Redes neuronales y pensamiento.

Lo que nos hace seres humanos se talla en una telaraña de 100.000 millones de neuronas que están preparadas para interconectarse. Las neuronas “conversan” en puntos de unión llamados sinapsis y los impulsos eléctricos transmiten mensajes de unas a otras.
El niño al nacer es una página en blanco a completar con la experiencia y la educación. Con un cuarto del tamaño que tendrá, el cerebro del niño experimenta un crecimiento masivo de neuronas que construyen redes, algunas de las cuales perduran y otras se pierden.
La neuroplasticidad. Es la que permite al cerebro adaptarse al cambio o reformatearse modificando las redes que lo conectan o creando rutas nuevas. Así su organización cambia, y las que no se usan se pierden. Hay redes reactivas que resuelven problemas de corta duración, otras implican un cambio estable. Es el encuentro de la memoria y el aprendizaje.
Piaget descubrió que la evolución del psiquismo opera asimilando lo nuevo. Ninguna novedad es absoluta, lo nuevo se aprende con lo viejo. La acomodación es la modificación de la memoria causada por la asimilación de lo que se incorpora. Aprender es modificar al cerebro, cuya maduración es evolutiva y también influenciada por lo que aprende.
Lo último en madurar es la zona frontal, la que inhibe las respuestas impulsivas, decide, planifica y alcanza la flexibilidad intelectual. La biología cerebral permite comprender  el aprendizaje, memoria, concentración,  comprensión de textos, cálculo,  inteligencia, imitación e interacción social, emociones,  motivación, sueño y descanso cerebral, el feedback con la realidad para corregir errores y la función primordial de la educación.
Las neuronas echan chispas o señales eléctricas que envían información de los sentidos al cerebro y del cerebro a los músculos. De aquí viene el dicho de “No se me prendió la lamparita”. Las sinapsis entre neuronas forman redes. La plasticidad de largo plazo surge en redes cuya actividad está correlacionada como las partes de un proceso.
Las neurociencias son un trabajo multidisciplinario, a contrario sensu de las antiguas divisiones en departamentos estancos. Los circuitos neuronales artificiales son una rama de la ingeniería o neuroingeniería. Hasta hoy los neurocientíficos se habían preocupado del estudio de neuronas únicas, ahora privilegian las redes, pues las enfermedades neurológicas se observan como fallas en su funcionamiento.
Ensambles Neuronales. Son como asambleas de neuronas que viajan en red por el cerebro generando secuencias. Ensamble es algo que trabaja de manera coordinada siguiendo una secuencia encadenada, con una sintaxis que forma patrones, que sostienen la entrada sensorial, la memoria de trabajo y las secuencias de comandos motores o programas.
Así como las palabras arman frases y las frases párrafos, el cerebro crea programas complejos: cómo subir a un árbol, lanzar una piedra, montar una bicicleta o tocar el piano.
Secuencias repetidas generan conductas rígidas y difíciles de modificar una vez que están automatizadas. Cualquier activación  puede iniciar una secuencia.
¿Cómo  se reconoce una silla entre todas las modalidades de sillas que existen? Platón habló del  modelo  incólume y perfecto mientras que sus instancias terrenales eran sus derivaciones imperfectas. El ensamble neuronal que almacena el concepto “silla”, se activa al combinar sus rasgos claves: las cuatro patas y un lugar para sentarse.  Los circuitos también generan procedimientos complejos a partir de módulos simples, según cómo se organicen y coordinen. Con los mismos elementos pueden formarse diversos ensambles, y las mismas neuronas pueden ser partes en diversas tareas.
Con las 27 letras del alfabeto y los signos de puntuación se puede escribir un infinito número de novelas no existentes todavía. Con las 7 notas musicales se puede obtener infinitas piezas musicales.  Los estados funcionales del cerebro también pueden combinarse. En la respuesta a esta cuestión está el secreto del gran poder de cómputo del cerebro, que lo convierte en un órgano más complejo que la computadora más moderna.
La química del cerebro. Un neurotransmisor cambia la fuerza de las sinapsis activando los receptores  de las neuronas. La serotonina es una sustancia clave en los estados de ánimo, control del dolor, sexo, control de los impulsos. Para cada estado químico del cerebro corresponden ensambles que empujan al circuito a actuar de cierta forma.
No es casual que el estrés de la vida moderna que genera incertidumbre, menor tiempo para el descanso y el cultivo de relaciones – imprescindible para la vida afectiva- afectan la producción de serotonina, haciendo que la capacidad cognitiva se rebaje por su ausencia en las redes neuronales. El estrés consume los neurotransmisores del alto rendimiento y del bienestar. Lo mismo ocurre con la mala alimentación que disminuye la ingesta del triptófano que forma parte de los alimentos y que incide en la producción de serotonina. Vivimos la era de adicción a las drogas recreativas, que son agentes químicos perjudiciales para la salud que empujan a la red hacia estados alterados de conciencia.
Cuando vemos la botella medio llena generamos endorfinas. La botella medio vacía  produce  toxinas que producen estados negativos. Drogas y medicamentos se precisan más cuando el cerebro no produce sus nutrientes. El cerebro se sorprende con nuevas imágenes y significados a través del uso poético del lenguaje. Es probable que la persona educada o culta sienta que la poesía o la música le produce estados alterados de conciencia de gran satisfacción. Esto sugiere que la enseñanza artística podría vencer a la drogadicción.
Educando al gigante dormido. Diversos hallazgos neurocientíficos  demuestran que la interacción interdisciplinaraia es vital para el aprendizaje. Las neuronas se desarrollan desde un patrón genético, que es moldeado por las exigencias del entorno.
Sin estimulación intelectual, los circuitos neuronales que tienen que eliminarse, no se eliminan, y los que tienen que quedar, desaparecen.
El cerebro es un órgano suficientemente hábil y flexible para adaptarse a un destino mejor, los estímulos positivos favorecen a la predisposición genética ¿Qué otra inversión pública  podría ser más prioritaria que alimentar, curar y educar a un cerebro en desarrollo?
La materia prima principal de una persona es la materia gris, que no se desarrolla naturalmente como la lechuga, sino que depende de la educación. Por lo tanto educar al cerebro es la industria pesada de cualquier país, ya que es la que fabrica ciudadanos.
Hay dos sistemas protectores: el sistema  externo  defiende del entorno y el interno de lo que pasa en el interior del organismo. El pensamiento es tan real como cualquier cosa, la imaginación permite anticiparse, prepararse y encender la respuesta.
Si pensar produce estrés y no podemos apagarlo, nos dirigimos a la enfermedad, porque el cuerpo no soporta un desequilibrio tanto tiempo. Ansiedad, desórdenes obsesivos, insomnio, depresión, son creados por los químicos del estrés que activan esos genes. Cargando la energía en el sistema de protección externo, no hay energía para el  interno, para los proyectos a largo plazo de reparación, crecimiento y regeneración.
Procesar el cambio Podemos cambiar si cambiamos los programas. Al principio es difícil, porque nos volvimos adictos. Haciendo que el cerebro funcione de otro modo, se baja un cambio. Lo que pensamos  y hacemos representa quiénes somos neurológicamente.
Para la física cuántica el ambiente es una extensión de la mente. Si dices “mañana mismo empiezo”,  el cuerpo no recibirá la señal. Cuando  te decides el cuerpo lo percibe. Es una manera que supera al entendimiento, un nuevo sentimiento de entusiasmo, que no deja dudas que es interno, para que actúe como cocreador de tu destino.
Las memorias declarativas son memorias explícitas: conocimiento y experiencia, hechos y eventos, filosofía y experiencia, cuando aprendemos algo, queda programado en el neocortex. Si empezamos a pensar en eso, a analizarlo, a reflexionar y a meditar, lo mapeamos. Pero si lo aplicamos y  lo personalizamos, modificamos nuestra conducta, y esa nueva experiencia va a crear nuevas emociones,  y tendremos dos cerebros funcionando juntos, el pensante y el que siente, mente y cuerpo comenzando a unificarse.
¿Cómo se salvan un ciego y un paralítico perdidos en el bosque? Solos no pueden. Pero si cooperan y el ciego aporta sus piernas y su espalda y el paralítico la visión, éste se monta sobre el ciego, le indica el camino y salen sin problemas.
El conocimiento es el precursor de la experiencia. Cuando hacemos lo nuevo una y otra vez, activamos este sistema subconsciente de memoria implícito, que el cuerpo practica tantas veces, que ahora sabe más que el cerebro y hasta se ha convertido en él.
Aquí es cuando la mente y el cuerpo forman una alianza estratégica.  Una persona puede declararse feliz, pero ser infeliz porque es una habilidad que  no adquirió. Cuando la mente quiere una cosa y el cuerpo otra, no hay verdadero cambio. El que cambia, hace consciente lo inconsciente, lo controla, ha logrado un nuevo modo de ser, de pensar, de hacer. Como dijo Pascal el corazón tiene razones que la razón no entiende.
Si lo puedes soñar lo puedes hacer. La frase de Walt Disney refuerza el concepto de Einstein para quien en épocas de crisis la imaginación importa más que el conocimiento.  100 mil neuronas caben en un grano de arena. Aprender significa crear nuevas conexiones sinápticas que cambian el alambrado cerebral. Aprender y registrar experiencias y mantener un estado de ser en construcción, permite evolucionar y hacer mejor las cosas.
Neurorigidez es usar conexiones precableadas, es decir, memorias. Sin hacer nuevas conexiones, no se aprende. Rigidez es procesar los mismos pensamientos, realizar las mismas acciones y luego esperar que ocurra algo distinto. Einstein definió la locura como el deseo de querer progresar pero seguir haciendo lo mismo.
La mente es el cerebro en acción y trabajando, un producto de la actividad del cerebral. El lóbulo frontal es la base de nuestra voluntad y aprendizaje. Cuando el lóbulo frontal se concentra en un pensamiento, este es más real que todo lo demás,  porque tiene conexiones a todas partes y puede acallar a las demás. Así se puede modificar la conducta y combinar estas redes para crear ideas. Esta práctica mental piensa en quién queremos convertirnos,  practica una acción antes de hacerla, imagina una habilidad como adquirida, reproduce algo a voluntad y al hacerlo todos los días, consigue que se formen nuevos circuitos.
Al principio las otras neuronas dicen:  empieza mañana. Al persistir, el nuevo pensamiento se hace más fuerte. El proceso repetido con una férrea intención, tarde o temprano se convertirá en una señal  y el circuito va a tener que cablearse de manera permanente.
Sólo hay una cantidad fija del factor N de neurocrecimiento en el cerebro y la conexión intensificada comienza a robarla de las otras conexiones y se van despegando las sensaciones negativas. Hay ahora una sola orden dirigida hacia el cuerpo.
Podemos creer y crear el futuro sin experimentarlo porque lo pensado ya está mapeado. Ahora el cerebro no es un registro del pasado, sino una ruta hacia el porvenir. El ambiente en que vivimos es una extensión de la mente. Cambiando la mente, la vida debe cambiar.
Lo innato y lo adquirido. Los genes son responsables del 10 % de las redes neuronales, pero el 90% se forma con experiencias y educación. Los lóbulos frontales completan su maduración a los 21 años, con la mayoría de edad. La forma de ver y actuar en el mundo, los planes y proyectos, el desarrollo personal, dependen de su funcionamiento. Son los pilares de la neuromodelación consciente que dan el poder de planear el destino, como una vía de escape al condicionamiento que los genes imponen. Permiten seguir o cambiar lo que ya no se desea, o crear nuevas redes para que los proyectos puedan concretarse.
El cerebro se modela con lo que se hace. Los ejercicios físicos preservan la salud cardiovascular, los cognitivos preservan la mental. Usamos más el hemisferio izquierdo que automatiza las respuestas, eso que llamamos experiencia. El que aprende lo nuevo es el derecho y lo delega en el izquierdo que así adquiere la capacidad para reconocer. Si por rutina o comodidad perdemos la curiosidad el cerebro se detiene.
Desarrollo no es cuánto crecimos o cuánto tenemos, sino lo que hacemos con eso. La gimnasia mental  neuróbica relaciona conocimiento, imaginación y actividad.
Concentrar la energía en el cambio. Cotejar lo nuevo con lo viejo activa la corteza frontal. El hábito exige menos, por la comodidad que brinda al repetirse. La resistencia al cambio proviene de evitar el esfuerzo intelectual. La zona frontal se conecta con el circuito del temor, un cambio importante se lleva la energía. Para evitar que triunfe la rutina hay que generar nuevas rutas. La neuroplasiticidad permite al cerebro  autoformatearse.
Para incentivar el cambio hay que llamar la atención con propuestas sugestivas, que el cerebro cree soluciones sin que le sean impuestas. No existe segunda oportunidad para la primera impresión. El momento crucial para entender es interno. Para lograrlo la idea debe ser presentada en un formato original y frecuente para que evite repetir el pasado.
Neuroeducación. Hay que descorrer el velo que impide conectarse con la vocación, lo que los griegos llamaban “conócete a ti mismo”. Muchos se desvían y surge la insatisfacción.
Ir contra natura afecta la salud física y mental. El frontal derecho crea las ideas, el izquierdo analiza, encuentra errores, fija prioridades, elige las mejores soluciones. El lóbulo posterior basal izquierdo es sensorialse especializa en secuencias, rutinas, reglas, es objetivo y poco emocional, trabaja con las cosas como son. El posterior derecho o sentimental coordina lo que ve con lo que siente creando la armonía y la paz, privilegiando a las personas.
Cada persona tiene un tipo dominante, el error es desviarlo, no ser auténtico, acomodarse. Aparece el estrés por no atender la ley de Pareto: el 20 % es el factor, el 80 % cómo se percibe. De ahí la importancia de cambiar la percepción, sin ser un basado en la ilusión ni un pesimista crónico. Ser pesimista en el pensamiento pero optimista en la acción.
El que no hace lo que le gusta puede acomodar la percepción para que le guste lo que hace. Usar la brújula interior es 100 veces más efectivo que entrenarse para hacer lo que disgusta.
El ideal es combinar las fortalezas y compensar debilidades asociándose con cerebros complementarios. Es la esencia del trabajo en equipo. Descubrirse a sí mismo es una tarea compleja por el sistema educativo da prioridad a la socialización y hace perder potencia. Un sujeto insatisfecho perjudica al tejido social. La educación al tratar a todos por igual no desarrolla al genio que llevamos dentro. Los equipos de alta performance nuclean diversidad y competencia. Reúnen al inventor de las ideas, al innovador que las produce, al estabilizador que genera la rutina y al armonizador que las conecta con el mercado.
El neuroliderazgo aplica la neurociencia a las dos caras de la inteligencia emocional, la inteligencia personal y la social. Como el futuro no existe, podemos inventarlo.
Para crear redes neuronales, como rutas efectivas hacia el éxito conviene recordar a Séneca que decía “No existen vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar”.
*Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es horaciokrell@ilvem.com

dijous, 17 de desembre del 2015

Meditación budista.

La meditación es la práctica budista por excelencia. El significado del término meditación o bhavana significa "cultivo de la mente". Es por tanto una actividad que supone determinada predisposición para que el practicante se sitúe en la realidad y así aumentar su comprensión y sabiduría, que son esenciales para la erradicación del "dukkha".

Métodos de meditación[editar]

Hay muchas y variadas técnicas de meditación budista dependiendo de cada tradición y escuela, por ejemplo en la Theravāda Visuddhimagga se enumera hasta 40 métodos meditativos. Si bien, todas se basan en dos componentes llamados Samatha (calma mental, tranquilidad) y Vipassana (conocimiento directo, intuición). Se considera que los métodos derivados de Samatha sirven normalmente para preceder y preparar las meditaciones Vipassana.
En cualquier caso, todas las formas de meditación sirven como antídoto para solucionar alguno de los "Cinco agregados". En las fuentes del budismo pali encontramos este esquema aún en uso en la tradición Theravada:
Tipo de meditaciónMétodoContrarresta:Desarrolla:
Samatha
(meditaciones de tranquilidad)
AnapanasatiLa distracciónLa concentración
Metta bhavanaEl odio, la nostalgia, la sensibleríaEl amor
Mudita bhavanaEl rencor, la envidiaLa alegría
Upekkha bhavanaLa indiferencia y la neutralidad apáticaLa ecuanimidad
Vipassana
(meditaciones interiores)
La contemplación de la impermanencia (Anicca)El deseoLa paz interior, la libertad
SalayatanaLa vanidadLa claridad respecto a la naturaleza del ser
La contemplación del origen condicionado (Pratitya-samutpada)La ignoranciaLa sabiduría, la compasión
Si bien hay que tener en cuenta que las diferentes tradiciones del budismo Mahāyāna desarrollan sus propios métodos con su propia nomenclatura. En el budismo Mahāyāna también a menudo se describen técnicas de meditación cuyo enfoque puede ser considerado como "total", en el sentido que a veces defienden una sola técnica concreta como antídoto para todo lo anterior. Tal es el caso de la meditación del budismo Zen (Zazen) o el mahamudra en el Budismo tibetano.
El Budismo es un medio de transformación individual y social. La palabra Buda es un título o un epíteto y no un nombre. Significa "alguien que está despierto" en el sentido de haberse "despertado a la realidad" El Buda fue un ser humano que, a través de esfuerzos tremendos, se transformó y trascendió su limitación humana creándose en él un nuevo orden de ser: un ser iluminado.

Técnica de meditación[editar]

Estatua de Buda en la posición del loto (siglo I-II d. C.).
Aunque la meditación budista no significa exclusivamente sentarse en el suelo (o sobre un cojín zafu) para desarrollar una técnica contemplativa, desde antiguo el buscar un lugar tranquilo y preferentemente cerca de la naturaleza para favorecer el progreso de la meditación ha sido una constante. Además que así lo aconsejaba el propio Buda. De este modo, la representación más popular del Buda es la de una figura sentada con la piernas cruzadas en la llamada posición de loto. Aunque hay otras representaciones del Buda estando de pie, recostado, o en una silla.
En la meditación budista se intenta predisponer determinada condición mental que favorezca el samādhi o "estado de máxima atención y tranquilidad". El samadhi se considera algo previo a la realización de una alta comprensión y también del nirvana.
En el Budismo primigenio —como sabemos por las fuentes pali de la escuela Theravada— Buda explica los diferentes estados o "jhanas" que el practicante experimenta en su progreso, así como la manera de identificarlos y los métodos a seguir. De igual modo, en el Budismo Mahayana aparecen explicaciones similares de los diferentes estados junto a nuevas formulaciones. Históricamente, estas nuevas formulaciones, a menudo, suponen la recuperación de significados antiguos para su adaptación a un nuevo contexto.
En el núcleo central de toda meditación budista hay una observación tranquila y atenta tanto de los propios procesos mentales como de los fenómenos de la vida.

Meditación en las diferentes escuelas[editar]

A partir de esta base común, a lo largo de la historia las diferentes tradiciones budistas elaboraron sus propias técnicas de meditación dependiendo de su propia evolución histórica y sus influencias culturales. En todas las tradiciones hay infinidad de técnicas y variantes meditativas, de manera que es difícil que en una tradición budista no se encuentre por lo menos señalado aquello que ocupa la atención de las otras. No obstante, de manera resumida se puede citar como característico de los sistemas de meditación en las diferentes tradiciones budistas lo que sigue:
  • Budismo Theravada: hace hincapié en el análisis y descripción de los diferentes estados de meditación. Limpia de ritual y con un fuerte componente de estudio. Enfatiza un camino progresivo de práctica que pulirá las realizaciones del practicante. El análisis y la sistematización de la experiencia meditativa es la característica principal en la tradición Theravada.
  • Budismo Zen: destaca el carácter espontáneo e intuitivo de la sabiduría. La práctica budista es limpia de ritual e intenta buscar una armonía natural en el individuo que le predispone a realizaciones directas e intuitivas. Evitar el dualismo en la comprensión de la realidad, es la característica fundamental de la meditación Zen.
  • Budismo Tibetano: sobresalen los mecanismos simbólicos e inconscientes de la mente. Es una práctica ritualista que intenta la transformación de la mente del practicante mediante un camino progresivo de realizaciones. La meditación en el budismo tibetano está centrada desde sus inicios en establecer nuevos patrones psicológicos para aumentar la comprensión de la realidad a niveles profundos. Es la más simbólica y mágica de todas las tradiciones budistas.
  • Budismo de la Tierra Pura: resalta el carácter omnipotente de la sabiduría frente a los esfuerzos del individuo. Es una práctica devocional en donde los mantras (recitaciones) predisponen al practicante para una realización instantánea. En el budismo de la Tierra Pura, la devoción, humildad y gratitud suponen en sí mismas vías de realización espiritual como algo muy distintivo.

La meditación budista en el mundo[editar]

En general, el Budismo provee de innumerables explicaciones y análisis de los distintos estados mentales en la meditación, sus factores y condicionantes psicológicos. El Budismo es reconocido de manera muy general como la religión más sofisticada que existe respecto a sus técnicas contemplativas. Debido al carácter pragmático de la religión budista, muchas veces esta sofisticación ha sido también útil para acercarse a gente de otras religiones o sin ninguna en especial. A menudo distintas técnicas han sido adoptadas o adecuadas por practicantes de otras religiones dentro de sus propios contextos. También ha sido usada como ayuda para la terapia psicológica o de salud física. En varios países de Europa, está siendo usada con éxito y regularidad para ayudar a la rehabilitación de presos[cita requerida], y sus recientes éxitos con la anorexia [cita requerida]han sido a veces espectaculares; siendo alabados tanto en estudios médicos como científicos. También recientemente, la comunidad científica se ha interesado por descifrar fisiológicamente las técnicas de meditación budista. Todo este panorama de revitalización de esta antigua práctica es visto lógicamente con alegría desde la comunidad budista, ya que desde siempre la ha considerado algo totalmente beneficioso para la felicidad de los individuos.

dimecres, 16 de desembre del 2015

Ondas cerebrales y cómo actuan en nuestro cuerpo.

Onda cerebral es la actividad eléctrica producida por el cerebro. Estas ondas pueden ser detectadas mediante el electroencefalógrafo y se clasifican en:

Las ondas delta son oscilaciones, resultado de la representación de la actividad cerebral frente al tiempo, estas dada su naturaleza presentan una periodicidad, su rango de frecuencias es de 1-3 Hz, también suelen oscilar entre un rango de 0.1 - 4 Hz. Estas son detectadas en el cerebro humano a través de unelectroencefalograma. Normalmente están asociadas con etapas de sueño profundo.
También se puede medir la actividad electromagnética del corazón, donde la presencia de ondas delta se asocia con el síndrome de Wolff-Parkinson-White.
En la actividad cerebral, estas ondas se presentan en las etapas tres y cuatro, en casos de daño cerebral y coma. Las ondas delta se presentan en sueño profundo sin soñar y no están presentes en las otras etapas del sueño (1,2 y de movimiento rápido de ojos).

Las ondas Theta son oscilaciones electromagnéticas en el rango de frecuencias de 3.5 y 7.5 Hz que se detectan en el cerebro humano a través de un electroencefalograma.
Normalmente están asociadas con las primeras etapas de sueño, fases 1 y 2. Se generan tras la interacción entre los lóbulostemporal y frontal.

Las ondas alpha son oscilaciones electromagnéticas en el rango de frecuencias de 8-13 Hz que surgen de la actividad eléctrica sincrónica y coherente de las células cerebrales de la zona del tálamo, también son llamadas «ondas de Berger», en memoria de Hans Berger, el primer investigador que aplicó la electroencefalografía a seres humanos.
Las ondas alpha son comúnmente detectadas usando un electroencefalograma (EEG) o un magnetoencefalograma (MEG), y se originan sobre todo en el lóbulo occipital durante períodos de relajación, con los ojos cerrados, pero todavía despierto. Estas ondas se atenúan al abrirse los ojos, con la somnolencia y el sueño. Se piensa que representan la actividad de la corteza visual en un estado de reposo.
Una onda similar a las alpha, llamada mu (μ) es a veces observada sobre la corteza motora y se atenúa con el movimiento o incluso con la intención de moverse.

Las ondas Beta son oscilaciones electromagnéticas en el rango más alto de frecuencia (12 Hz - 30 Hz) que se detectan en el cerebro humano a través de un electroencefalograma. Están asociadas con etapas de sueño nulo, donde se está despierto y consciente y las ondas son más frecuentes en comparación con las ondas deltaalfa y theta.

Las ondas gamma son un patrón de oscilación neuronal que tiene lugar en los seres humanos, cuya frecuencia oscila entre los 25 y los 100 Hz,1aunque su presentación más habitual es a 40 Hz.2 Se ha teorizado que las ondas gamma podrían estar implicadas en el proceso de percepción consciente,3 4 5 pero no hay acuerdo unánime al respecto.6
Fuente: Wikipedia.

Marihuana para el glioblastoma

Fuente: http://www.quo.es/salud/marihuana-para-el-tumor-cerebral

Un estudio realizado en la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid en colaboración con el Hospital Virgen de la Salud de Toledo y el Hospital Clínico San Carlos, afirma que la una proteína llamada midquina (MDK) limita la acción anticancerígena de la marihuana. La midquina, una proteína que producen las células de los tumores más agresivos, promueve la resistencia de las células de los tumores cerebrales a los cannabinoides. Esto se debe a una interacción con otra proteína llamadaquinasa. Las muestras para el análisis se tomaron en más de 200 pacientes afectados con tumores cerebrales.
El MDK, según demuestra este estudio publicado en la revista Cell Death and Differentiation, está relacionado con una menor supervivencia de los pacientes, lo que puede llegar a indicar que la presencia de esta proteína puede implicar, casi con toda seguridad, un mal pronóstico para el paciente afectado de tumores cerebrales como es elglioblastoma multiforme, que tiene una alta resistencia a las terapias convencionales.
Los investigadores encontraron también, que la resistencia a la acción antitumoral de los cannabinoides revierte al reducir los niveles de MDK o inhibir la proteína quinasa, la que está asociada al linfoma anaplásico (ALK) y, que como su nombre indica, hasta ahora se habían asociado con cáncer de pulmón o linfomas anaplásicos.
Otra novedad del estudio, es la relación hallada entre las proteínas MDK y ALK, la regulación de la autogamia, un proceso celular (literalmente, autodigestión) que conlleva la muerte de las células tumorales. Si bien estudios anteriores habían hallado que los cannabinoides activan la autofagia, este nuevo estudio afirma que el MDK, con su unión con la proteína ALK, podrían promover la resistencia a la acción antitumoral de los cannabinoides, lo que interfiere con la capacidad de estos compuestos para activar la autofagiaLos resultados de esta investigación han ayudado a identificar algunos de los factores moleculares que se asociaban a la resistencia de los tumores cerebrales a la acción antitumoral de los cannabinoides, y abren la posibilidad para poder usar otros fármacos basados en el principio activo de la marihuana en combinación con inhibidores de la proteína ALK para tratar tumores cerebrales tan graves como el glioblastoma multiforme.

dimarts, 8 de desembre del 2015

Marihuana y cerebro.

Para comprender qué es exactamente el sistema endocannabinoide y el papel que juega en los procesos fisiológicos y patológicos de los sistemas corporales, debemos fijarnos atentamente en como es nuestro organismo y lo que somos nosotros mismos.
Nuestro organismo es una entidad independiente capaz de recibir determinada información del mundo exterior a través de los sentidos, e interpreta y elabora esta información recibida en el cerebro, permitiendo así a nuestro organismo interactuar con ésta. De esta forma, nuestro organismo puede procurar sus necesidades, como la alimentación o la reproducción, ademas de tomar consciencia sobre sí mismo y del mundo exterior. Algo mucho más difícil de comprender es el hecho de que nuestro organismo esté formado por una colonia de miles de millones de células. Cada célula es independiente, tiene necesidades individuales de fuentes de energía y posee su propio proceso bioquímico para obtenerla. Estas células se organizan según la diversidad funcional y estructural, integrando así los distintos órganos. Cada órgano cumple con una función específica en el cuerpo humano para conservar al organismo vivo en su totalidad. El órgano principal encargado de mantener y controlar las funciones de los distintos órganos, así como del procesamiento de los estímulos externos, es el cerebro.
Podemos decir que el sistema endocannabinoide es un sistema de comunicación intercelular. Básicamente, se trata de un sistema de neurotransmisión, aunque es mucho más que eso, ya que se encuentra en otros órganos y tejidos del cuerpo, y no exclusivamente en el cerebro. El sistema endocannabinoide parece ser la versión evolucionada de un sistema ancestral de comunicación intercelular encontrado también en las plantas: el sistema de ácido araquidónico. De hecho, la naturaleza de los endocannabinoides está directamente relacionada con el ácido araquidónico.
El ácido araquidónico es un ácido graso omega 6 que participa en el proceso de señalización en plantas y animales. En las plantas modula las defensas frente a las infecciones y la señalización del estrés. En los animales regula el crecimiento del músculo, la agregación plaquetaria , la vasodilatación y la inflamación.
Figura 1
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Sistema endocannabinoide

El sistema endocannabinoide está compuesto de receptores cannabinoides y los endocannabinoides que interactúan del mismo modo que lo hacen una cerradura y su llave (Figura 1). Los receptores cannabinoides son proteínas de membrana celular que actúan como la cerradura de los endocannabinoides, ligandos endógenos de naturaleza lipídica producidos por las distintas células corporales, que actúan como una llave perfecta que se une a los receptores. Esta activación produce cambios dentro de las células que desembocan en las acciones finales del sistema endocannabinoide sobre los procesos fisiológicos del cuerpo. El sistema endocannabinoide se implica en una amplia variedad de procesos fisiológicos (por ejemplo la modulación de la liberación de neurotransmisores, la regulación de la percepción del dolor y las funciones cardiovasculares, gastrointestinales y hepáticas) que explicaremos con algo más de detalle en este artículo.
El nombre “sistema endocannabinoide” hace referencia al hecho de que este sistema endógeno es el que se ve afectado por la ingesta de los fitocannabinoides que actúan como una falsa llave capaz de encajar en la cerradura de los receptores cannabinoides, produciendo un efecto diferente al de la llave perfecta, representada por los endocannabinoides producidos por el cuerpo.

Receptores cannabinoides

Los dos principales receptores que componen el sistema endocannabinoide son los receptores cannabinoides CB-1 y CB-2. Recientemente se ha aceptado también, que el receptor huérfano GPR55 puede considerarse como el tercer receptor con actividad cannabinoide. Todos estos receptores son proteínas transmembrana, capaces de transmitir una señal extracelurar al interior de la célula.
Los receptores CB-1 son los receptores metabotrópicos que se encuentran con mayor abundancia en el cerebro y su distribución ha sido ampliamente caracterizada en humanos. Los receptores CB-1 se expresan de forma elevada en el hipocampo, los ganglios basales, el córtex y el cerebelo. Los receptores CB-1 se expresan menos en las amígdalas, el hipotálamo, el núcleo accumbens, el tálamo, la materia gris periapeduncular y la médula espinal, así como en otras zonas del cerebro, principalmente en el telencéfalo y el diencéfalo. Los receptores CB-1 se expresan también en varios órganos periféricos; por lo tanto, están presentes en los adipocitos, el hígado, los pulmones, la musculatura lisa, el tracto gastrointestinal, las células pancreáticas ß, el endotelio vascular, los órganos reproductivos, el sistema inmunológico, los nervios periféricos sensoriales y en los nervios simpatéticos (Figura 2).
Figura 2
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La distribución de los receptores CB-2 es bastante distinta y principalmente restringida a la periferia, en las células del sistema inmunitario como por ejemplo los macrófagos, neutrocilos, monocitos, linfocitos B, linfocitos T y células microgliales. Recientemente se ha demostrado también la presencia del receptor CB-2 en las fibras nerviosas de la piel y en los queratinocitos, en las células óseas como los osteoblastos, los osteocitos y los osteoclastos, en las células hepáticas y en las secretoras de somatostatina del páncreas. La presencia de receptores CB-2 también se ha demostrado en el sistema nervioso central (CNS), en los astrocitos, en las células microgliales y en las neuronas del tallo cerebral (Figura 2). Existen evidencias de tinción con el anticuerpo CB-2 de las neuronas humanas. La presencia de receptores CB-2 funcionales en las neuronas es aún un tema controvertido. Evidencias recientes sugieren que el receptor CB-2 media en los comportamientos emocionales, tales como la esquizofrenia, la ansiedad, la depresión, la memoria y la nocicepción, soportando la presencia de receptores CB-2 neuronales o la implicación de células gliales en los comportamientos emocionales.

Endocannabinoides

Los endocannabinoides son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga derivados de los fosfolípidos de membrana, específicamente del ácido araquidónico. Los dos endocannabinoides principales son la anandamida y el 2-araquinodilglicerol (2-AG). La anandamida, una vez sintetizada en la membrana celular de la célula estimulada, se libera hacia la hendidura sináptica donde se une a los receptores cannabinoides. Tras llevar a cabo su misión sobre los receptores cannabinoides, la anandamida se transporta de la hendidura sináptica al interior de la célula mediante difusión pasiva o mediante un transportador selectivo que puede inhibirse de forma selectiva gracias a varios compuestos, como por ejemplo el AM404. Sin embargo, este transportador no se ha identificado aún. En la actualidad, se postula que la anandamida se traspasa de forma pasiva a través de la membrana y se almacena en el citoplasma gracias a la Proteína ligante de ácidos grasos (FABP) y se transporta a la mitocondria, donde se encuentra la enzima que la cataboliza: la amida hidrolasa de ácidos grasos (FAAH).
El endocannabinoide más abundante en el cerebro es el 2-AG. Encontramos altos niveles de 2-AG en el cerebro, con una concentración de casi unas 200 veces superior que la anandamida. El 2-AG se genera a partir de fosfolípidos de membrana plasmática, como la anandamida. La recaptación de 2-AG tiene lugar mediante mecanismos similares a los utilizados para la anandamida. La degradación del 2-AG se debe principalmente a la acción del monoacilglicerol lipasa (MAGL).
Otros cannabinoides endógenos que pueden identificarse son el éter 2-araquidonilglicerol, también llamado éter de noladino, la virodamina, que se ha propuesto como un antagonista endógeno del receptor CB-1 y la N-araquidonoildopamina (NADA), un agonista vaniloide con afinidad CB-1. Otros dos compuestos endógenos con acciones cannabinomiméticas, pero sin afinidad por los receptores cannabinoides, son la oleiletanolamida (OEA) y la palmitoiletanolamina (PEA). La OEA a grandes concentraciones puede reducir la ingesta de alimento a través de un mecanismo periférico. La PEA ejerce acciones antiinflamatorias bloqueadas por antagonistas CB-2, tiene propiedades antiepilépticas e inhibe la motilidad intestinal.

Implicaciones del sistema endocannabinoide.

El sistema endocannabinoide tiene características que difieren de forma exclusiva de otros sistemas neurotransmisores. En primer lugar, los endocannabinoides actúan como neuromoduladores que inhiben la liberación de otros neurotransmisores, tales como GABA (el principal neurotransmisor inhibidor) y glutamato (el principal neurotransmisor excitador). La sinapsis es la comunicación entre dos neuronas. La neurona presináptica, que es la que libera los neurotransmisores, y la neurona postsináptica, que es la que se activa con los neurotransmisores. Los endocannabinoides son neurotransmisores retrógrados que se liberan desde la neurona postsináptica. Como respuesta a un estímulo, la neurona postsináptica sintetiza y libera los endocannabinoides en la hendidura sináptica que estimulan los receptores cannabinoides sobre la neurona presináptica, inhibiendo la liberación de neurotransmisores. Además, los endocannabinoides no se ubican en las vesículas sinápticas (vesículas situadas dentro de la neurona presináptica que contiene los neurotransmisores) y se sintetizan según la demanda de los fosfolípidos de membrana, y se liberan inmediatamente en la hendidura sináptica (Figura 1).
La función principal del sistema endocannabinoide es la regulación de la homeostasis del cuerpo. Entre ellos el sistema endocannabinoide juega un papel importante en muchos aspectos de las funciones neuronales, incluyendo el aprendizaje y la memoria, la emoción, el comportamiento adictivo, la alimentación y el metabolismo, el dolor y la neuroprotección. También se ve involucrado en la modulación de distintos procesos a nivel cardiovascular e inmunológico, entre otros. La distribución de los receptores CB-1 en el cerebro se correlaciona con las acciones farmacológicas de los cannabinoides. Su alta densidad en los ganglios basales se asocia con los efectos enunciados en la actividad locomotora. La presencia del receptor en el hipocampo y el córtex están relacionado con los efectos sobre el aprendizaje y la memoria y con propiedades psicotrópicas y antiepilépticas. La baja toxicidad y letalidad se relacionan con la baja expresión de los receptores en el tallo encefálico (Figura 2). El sistema endocannabinoide interactúa con múltiples neurotransmisores, tales como la acetilcolina, la dopamina, el GABA, la histamina, la serotonina, el glutamato, la norepinefrina, las prostaglandinas y los péptidos opioides. La interacción con estos neurotransmisores es la responsable de la mayoría de los efectos farmacológicos de los cannabinoides. Los cannabinoides sintéticos y fitocannabinoides ejercen su acción por la interacción con los receptores cannabinoides.
La localización y distribución de receptores CB-1 y CB-2 en el sistema inmune, en las células de la médula ósea y en los glóbulos blancos coincide perfectamente con los conocidos efectos inmunomoduladores de los cannabinoides. Dependiendo del cannabinoide específico, de la dosis y de la fisiopatología, el sistema endocannabinoide tiene efectos inmunodepresores o inmunoestimuladores, a menudo conocidos como "inmunomoduladores" para incluir todos los efectos.
La presencia de receptores CB-1 y CB-2 en los órganos implicados en la absorción de nutrientes, en la ingesta y el equilibrio de energía, como el hígado, el tracto intestinal, el páncreas, el bazo, los músculos esqueléticos y los adipocitos explica la acción terapéutica de los cannabinoides sobre la regulación del equilibrio alimentario y energético. Una de las aplicaciones reconocidas de Δ9-THC o de otros compuestos que actúan del mismo modo a nivel del receptor, es el aumento del hambre y la ingesta de alimentos en casos de anorexia producida por V.I.H. o cáncer terminal. En tales casos, Δ9-THC puede activar los receptores CB-1 y CB-2 periféricos, produciendo la absorción rápida de glucosa en sangre, que se almacena en forma de grasa en los adipocitos y produciendo, consecuentemente, un aumento del hambre y la ingesta de alimentos. Los típicos antojos de dulce que se producen tras la ingesta de Cannabis pueden explicarse del mismo modo. Debe utilizarse el enfoque inverso para reducir la ingesta de alimentos, bloqueando los receptores CB-1 y CB-2 periféricos. Con la recientemente prohibida rimonabant (Acomplia), se producía de hecho la pérdida de peso y la reducción en la ingesta de alimentos, pero este cannabinoide se retiró del mercado porque provocaba depresión y riesgos de suicido (Figura 3).
Figura 3
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Finalmente, la explicación anterior de la rápida absorción de la glucosa en sangre, unida a la presencia de receptores CB-1 en las células vasculares, explica uno de los efectos secundarios más conocidos del Δ9-THC: la lipotimia. Por esa razón, elevar las piernas de la persona afectada y aplicar agua fría en el cuello y las muñecas son medidas que ayudan a restaurar la presión sanguínea normal en tales casos de lipotimia. Al mismo tiempo, beber algo dulce ayuda a restablecer los niveles de glucosa en sangre y esto, normalmente, ayuda a que la persona afectada se recupere.